jueves, 2 de febrero de 2012

ANACONDA 3: La Amenaza (USA-Rumanía, 2008)

Título original: Anaconda 3: The Offspring. Dirección: Don E. FauntLeRoy. Guión: Nicholas Davidoff, David C. Olson. Producción: Castel Film. Música: Peter meisner. Intérpretes: Crystal Allen, David Hasselhoff, John Rhys-Davies, Patrick Regis, Anthony Green, Alin Olteanu, Toma Danila, Mihaela Elena Oros, Bogdan Uritescu.  Duración: 85 minutos.

De qué va: Un multimillonario (John Rhys-Davies) consigue criar en laboratorio una pareja de anacondas hipervitaminadas y supermineralizadas gracias a la orquídea sangrienta del título precedente. Cuando las serpientes logran escapar de su cautiverio, es menester contratar a un grupo de cazadores encabezados por Hammett (David Hasselhoff) para atraparlas antes que estas se reproduzcan.

La criatura: Una pareja de super-anacondas de 18 metros, más rápidas, ágiles y violentas de lo normal merced a los efectos secundarios del tratamiento a base de la orquídea sangrienta - véase Anacondas: la cacería por la orquídea sangrienta  -. Su recreación se limita a unos deficientes CGI que hacen añorar los efectos especiales de los títulos anteriores - que tampoco eran cosas de otro mundo, por cierto - .

La película: Flojísima producción televisiva que masacra sin pudor elementos sacados directamente de Predator e incluso Alien. Desde los primeros instantes nos damos cuenta de la modestia de la propuesta, intentando hacer pasar un bosque transilvano por una jungla tropical y mostrando unos CGI paupérrimos que llegan hasta el punto de mostrarnos a las serpientes desplazándose ¡en línea recta! pasando por encima de las leyes de la física y la anatomía de estos reptiles - los técnicos de efectos debían ser los únicos que no saben que las serpientes se desplazan por ondulación lateral -.

El principal problema de la cinta no son todas estas incoherencias, sino la pobreza de su guión, de una simpleza aplastante y que avanza a base de topicazos del género. Esto provoca un inmediato cansancio al descubrir a los diez minutos de metraje que esta película nos la sabemos de memoria.

Del reparto no podemos menos que destacar la  - cuando menos bizarra - elección de Hasselhoff. Su mejor interpretación hasta la fecha, para qué engañarnos, la tuvo en Bob Esponja, the movie, donde, en un ejercicio de sana ironía, era capaz de reírse de su propia imagen parodiando su papel de vigilante de la playa. Si aquí hubiera optado de nuevo por la autocaricatura hubiera tenido un pase, pero desgraciadamente tanto director como actor eligen tomarse en serio un personaje que no hay por donde cogerlo. El magnífico John Rhys-Davies - 12 días de terror, En busca del Arca perdida - pasa por allí para cobrar su cheque y la sexy Crystal Allen nos hace de la socorrida bióloga con remordimientos, ofreciéndonos unas poses impagables cada vez que empuña una pistola. La película está diseñada - es un decir - para continuar inmediatamente con una cuarta parte donde no repetirá Hasselhoff  aunque volveremos a disfrutar de la anatomía de Allen y la desgana de Rhys-Davies.

A destacar: Como único motivo de diversión, el director carga las tintas con escenas de gore verbenero en los primeros instantes de la cinta. Desgraciadamente, el splatter pronto da paso a la socorrida y falsa sangre digital.  



Trailer del film

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